SAN JOSÉ DE CUPERTINO
PONER EN PRÁCTICA
LO QUE SE APRENDE,
NOS HACE CRECER
HUMANAMENTE Y SANTIDAD.
Campamento semilla misionera franciscana (SEMIFRA)
“Animados en Cristo y con Francisco,
somos peregrinos de la verdad, peregrinos de la paz”
Luego de un tiempo de preparación en nuestra casa de formación San José de Cupertino, ubicada en Palmira Táchira, el 24 de julio partimos hacia San José de Bolívar, un pueblo cerca de La Grita, a realizar una misión con la intención de dar a conocer nuestro estilo de vida fraterna en comunidad y principalmente la buena nueva del reino de Dios. Al llegar al pueblo, acompañados por fray Orlando Oviedo, quien estaba a cargo de todos nosotros, los sorprendidos fuimos nosotros. Las personas y el párroco, el Padre Óscar, nos recibieron con los brazos abiertos y con total disponibilidad, y nos invitaron a quedarnos en la casa cural, donde nos sentimos más a gusto, porque tiene un estilo de convento, propio de nuestro carisma. Esa misma noche nuestro hermano Juan Fernández quien se prepara para ir este año al noviciado junto con nuestro hermano Milton Torres, nos dio el tema del Kerigma. Al otro día empezamos a visitar las casas del pueblo y nos conseguimos con realidades que marcaban nuestra vida y nos hacían cuestionarnos. Pensábamos que íbamos a evangelizar y los que salimos evangelizados somos nosotros, con las realidades en que viven algunas personas, como por ejemplo la señora que la tienen confundida los protestantes, los esposos que ya están ancianos y sus hijos casi no los visitan, el joven al que le gusta solo la parranda y no las cosas de la Iglesia, el señor que tiene que cuidar a sus hijos enfermos, los babalaos que no quieren que los postulante los toquen “porque pierden poder”… Éstas, entre otras cosas, nos llevaron a reflexionar y a darle sentido a la misión que Dios nos tiene acá en la tierra como franciscanos portadores de la paz y el Bien.
La verdad es que toda la formación que hemos recibido durante este año que concluye con esta experiencia de misión, nos ha servido para tratar de dar respuesta a cada una de las cosas que se nos presentan, recordando que el Espíritu Santo siempre estuvo presente en medio de nosotros, para ayudarnos a discernir. Además, casi todos los días compartíamos experiencias y recibíamos algún tema formativo, o veíamos una película o nos reuníamos en confraternización a disfrutar un rato como buenos hermanos menores. Concluimos esa primera semana, llena de bendiciones y también de mucha formación a nivel de campamento, con el encuentro eucarístico, al cual asistieron aproximadamente 2000 personas, también esto lleno de bendiciones. Se realizaron 17 altares alrededor del pueblo y en cada uno de ellos posaba Jesús sacramentado, acompañado por sus hijos los fieles, llevado en una carroza. Todo finalizó con la celebración eucarística presidida por monseñor Mario Moronta, obispo del Táchira.
El mismo domingo partieron para la aldea de Rio Azul la fraternidad de San Antonio, compuesta por Fray Franklin Duran (nuestro rector), Milton Torres, Waldemar, Ramon Ruí, Rosber Torres, Miguel Salcedo, y Mario, un joven aspirante del grupo juvenil de la parroquia. La aldea queda a 4 horas de San José de Bolívar prácticamente cerca a Pregonero, donde hicieron una muy bonita labor como franciscanos. Las otras dos fraternidades, San Buenaventura (compuesta por fray Orlando Oviedo, Juan Fernández, Ender Uzcátegui, Ángel Niño, Erwin, Leandro Lucena, y dos jóvenes aspirantes: Edgar y Roger), y San Francisco (integrada por Domicio Molina, Óscar, Fernando Paredes, Yorber Santiago, Andrés Guerra, y un aspirante, Nestor), fuimos a otras aldeas, en las que realizamos con éxito nuestra labor pastoral como franciscanos, evangelizando con nuestro testimonio y palabra.
Finalmente nos reunimos todos en la parroquia el viernes 3 de agosto, para una evaluación comunitaria, y sábado 4 fuimos a un paseo, compartiendo la alegría de volvernos a ver otra vez reunidos como hermanos que somos. Domingo, después de las gracias y todos los gestos hermosos que tuvo el párroco en la Santa Misa, junto a los feligreses de las aldeas y a la gente del pueblo, partimos para nuestra casa a eso de medio día, encontrándonos por el camino a ciento de peregrinos que iban la fiesta del Santo Cristo de la Grita. Luego cada postulante partió para su casa a pasar un tiempo con su familia. Dentro de un mes retornaremos a nuestra casa de formación para seguir nuestras labores formativas franciscanas como hermanos menores, que quieren vivir en pobreza, castidad y obediencia a ejemplo de Nuestro Seráfico Padre San Francisco de Asis, hasta el punto de ser Alter Christi. Les damos las gracias a Dios todopoderoso, a nuestra madre María Inmaculada y a todos los santos y santas que nos acompañaron en esta misión, y a todos ustedes que elevan una oración por los postulantes y frailes para que sigan adelante. ¡Dios los bendiga! ¡El Señor les dé la paz!
Postulantes y pre novicios OFMconv