Alajuela (Costa Rica)
07 de noviembre del 2014
Muy queridos hermanos y
hermanas de la OFS, ¡El Señor les dé la paz!
Con la presente carta
quisiera hacer sentir mi presencia, aunque ausente físicamente por hallarme en
estos días fuera del país, debido a compromisos relacionados con mi servicio de
Custodio. De veras lo siento, porque les es noto el cariño y querer recíproco
con la comunidad de Barinas, donde he vivido varios meses durante la operación
y recuperación de nuestro querido fray Edisson, quien nos acompaña desde el
cielo. Además, la comunidad cristiana que se reúne en iglesia de San Francisco
de Asís es aquella que me ha recibido durante mi primera estadía ministerial en
nuestra fraternidad barinense.
Sin embargo, sé por
cierto que fray José Luís Avendaño, Vicario de la Custodia y Párroco de ustedes, me
representará en manera más que egregia, a nivel oficial y familiar,
presenciando a la erección de la nueva fraternidad de la OFS. Sus palabras
serán franciscanamente sencillas y eficaces, como siempre. Asimismo, me alegra
la presencia de los demás frailes, Daniel
y Avilio. Quisiera saludar a los que han dado su disponibilidad para estar
presentes en este momento tan importante para la familia franciscana toda: fray Pedro Fidel Briceño, Asistente
nacional; Alejandro Albornoz, Ministro
nacional, y su predecesora, hermana Amparo
González; además de todos los presentes, que hacen rico y sabroso ese
momento, en cuanto a espiritualidad y fraternidad.
Quisiera detenerme
sobre unos aspectos que afloran a mi mente, pensando en lo que van a vivir
dentro de pocas horas.
1. Agradecer a Dios
por el don de hermanos, así como hace Francisco de Asís en su Testamento
espiritual. Porque es cierto que ustedes son hermanas y hermanos nuestros, por
el lazo y la cercanía espiritual con la Primera Orden, compartiendo el mismo
fundador y carisma, aunque con matices propios y complementarios. Les invito,
pues, a desarrollar siempre más, y guardar celosamente esta unión con los frailes
presentes, y los que la obediencia querrá enviar a su comunidad parroquial. Que
ellos puedan hallar en ustedes un apoyo incondicional en la pastoral y
evangelización misionera; calidez y respeto en el trato familiar; palabras
alentadoras y sabias.
2. Es llamativo el
hecho que la nueva fraternidad está conformada por 12 miembros. Número
altamente simbólico y significativo. Nos recuerda a la comunidad apostólica.
Así como ellos, ustedes deben alimentar la alegría de su vocación a través de
una intensa vida de unión a Jesucristo, la oración y la celebración
sacramental, para ser misioneros valiosos y evangelizadores creíbles en sus
ambientes cotidianos. Y cuando llegaron a ser doce, Francisco y sus frailes
decidieron acudir al Papa Inocencio III para que aprobara su forma de vida, la
primera regla franciscana, constituida de un conjunto de frases evangélicas.
Aprendan a amar el evangelio en su radicalidad, y la regla y las constituciones
de la OFS que lo actualizan a la escuela de Francisco de Asís.
3. La celebración
se desarrolla en vísperas de la fiesta de la Dedicación de la Basílica de S.
Juan de Letrán, donde Francisco acudió para encontrar a Inocencio III, quien
soñó con un pobre que sostenía sobre sus hombros esa iglesia, símbolo de toda
la Iglesia católica, impidiéndole derrumbarse. En Francisco el Papa reconoció a
aquel pobre. Como franciscanos debemos ser súbditos y sujetos a la Iglesia y a
sus Pastores, colaborando a la causa común del Reino de Dios, edificando la comunidad
cristiana con el ejemplo de una vida fraterna abierta y acogedora.
4. Hoy iniciaría
también una hipotética novena en honor de la patrona de la OFS, Santa Isabel de
Hungría, cuya fiesta se celebra el día 17. Ella fue esposa y madre ejemplar,
cuyos deberes nunca descuidó; mujer enamorada del evangelio, reflejado en la
vida y las palabras del Señor Jesús; grande mística y contemplativa del amor de
Dios, hecho realidad en su caridad misericordiosa hacia los más necesitados. El
ejemplo de los fundadores y patronos debe constituir para nosotros un impulso
hacia una santidad querida y amada, posible y visible.
Me despido con las
palabras de la bendición de San Francisco de Asís al hermano León: “El Señor los bendiga y los guarde. Les
muestre su rostro y tenga piedad de ustedes. Vuelva a ustedes su rostro y les
conceda la paz”.
fray Matteo
Ornelli
Custodio
provincial
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