“Y
dondequiera donde estén y se encuentren unos con otros los hermanos, muéstrense
mutuamente familiares entre sí. Y manifieste confiadamente el uno al otro su
necesidad, porque si la madre nutre y ama a su hijo carnal, ¿Cuánto más
amorosamente debe cada uno amar y nutrir a su hermano espiritual?”
(Rb
VI, 7-8)
Me siento frente
al ordenador a teclear una palabras sobre la experiencia vivida estos días en
el convento Santísima Trinidad y lo primero que se me viene a la mente es ese párrafo
inicial que se encuentra en nuestra Regla. Lo pongo allí no por presunción,
creyendo que ya vivimos de esta ideal manera, sino porque debe ser para
nosotros una continua referencia de examen fraterno. La sana familiaridad, la
confianza, el cariño, el amor, son los puntos básicos que nuestro
bienaventurado Padre nos da como pistas de su seguimiento.
Esta semana de
encuentro fraterno tuvo “un no sé qué” de distinto y natural. Distinto porque
fue nuestra primera experiencia de amenos paseos, y natural por el ambiente
enteramente familiar en que todo se desarrolló. Los dieciséis nos llevamos
gratos recuerdos. Agradecemos de manera especial a los hermanos que por
diversos motivos no pudieron participar, pero que se hicieron presentes con su
oración.
Lunes 09 de
abril, a lo largo del día fuimos llegando a Pueblo Llano desde los diversos
puntos de nuestra geografía nacional. De esta forma en horas de la tarde
estábamos casi todos los hermanos que podíamos participar al encuentro, la
comunidad Santísima Trinidad nos recibió con todas las atenciones y el convento
con su acogedor estilo fresco y limpio nos abrió las puertas. Durante la cena
de este primer día nuestro querido padre custodio nos brindó información de diversas
noticias y al final fuimos invitados a colaborar en la limpieza y orden de la
cocina y comedor, lo que fue una de las cosas innovadoras y enriquecedoras que
fray Franklin nos invitó a vivir como una gracia a la que todos estuvimos
abiertos y disfrutamos. Al terminar, nos reunimos en la sala de tv para
competir por comunidades en juegos de cultura bíblica y teológica (que aunque
suene con ese título serio y formal fueron un par de horas de risa continua), y
luego como custodia en un ahorcado de nombres bíblicos (con renovadas risas).
El día 10 Pueblo
Llano amaneció con su particular aire frío de cielo despejado. Después del
desayuno nos dirigimos hasta la laguna la Victoria para una “pequeña” caminata
hasta la laguna de Mucubají. Ascensos de verde musgo, cielo azul, sol
brillante, frailejones, horizontes intimidantes de gran belleza fueron los
compañeros de camino. Marchamos en alegre charla deteniéndonos en pequeños
momentos para respirar y disfrutar de cada rincón hasta que divisamos a lo
lejos la laguna de Mucubají y a los hermanos que gentilmente nos esperaban allí
con los carros. Al llegar, nuestro hiper-energético fray Pedro deseaba continuar
en caballo hasta la laguna Negra, pero ninguno de los jóvenes hermanos nos
animamos mucho. Después de calentar el cuerpo con té o chocolate y devorar un
frugal almuerzo franciscano retornamos al convento. La eucaristía de la tarde
fue presidida por fray Evelio y la homilía a cargo de fray José Alberto. Luego
de la cena otro rato de sanas competencias entre comunidades con unos resultados…digamos:
asombrosos…y dignos de otro par de buenas carcajadas.
El 11
desayunamos bastante temprano y partimos hacia Mérida con el fin de visitar el parque temático “La Venezuela de antier”, un camino de tres horas hasta que
llegamos y todos juntos con la cédula de identidad datada de 1925 iniciamos el
curioso recorrido en el tranvía del que bajamos amenazados con recibir “un par
de planazos”. Visitamos un pequeño museo, atravesamos la cueva del Guácharo y
en Nueva Esparta nos recibió un curioso personaje que con chistes un poco
subidos de tono nos invitó a bailar el sebucán para lo que terminamos siendo un
COMPLETO DESASTRE. Así fuimos por los diversos estados de Venezuela conociendo,
aprendiendo y riendo. Fray Daniel fue nuestro torero oficial en la plaza de
toros de Maracay y allí el espectro del hambre comenzó a hacer de las suyas. Por
eso, la última parte fue un poco más rápida hasta regresar a los carros y,
después de unos cuantos intentos fallidos, pudimos comer satisfactoriamente y
emprender el camino de regreso por una carretera oscura y nublada en el páramo…
todos llegamos con vida.
El 12 amaneció con
una lluvia que no paró en todo el día e iniciamos el día con solemnes Laudes
cantados y Oficio de lecturas. Terminado el desayuno y reunidos en el claustro
del convento nuevo hicimos nuestro día formativo envueltos en ruanas, cobijas y
hasta batas de baño. Fray Matteo y fray Franklin fueron los moderadores. La
discusión se enfocó a la vivencia del aspecto económico siendo fieles al evangelio
y a nuestra espiritualidad franciscana. El custodio inició la conversación
reflexionando en la perícopa de la multiplicación de los panes y extrajo de
ella una serie de enseñanzas prácticas para la vida fraterna. Luego, divididos
por grupos, reflexionamos en otras citas bíblicas, a saber, la serie de
instrucciones comunitarias que da Jesús a sus discípulos para no dar escándalo
y llegar al reino de los cielos con toda justicia (Mc 9,42-48); el rico y
Lázaro (Lc 16,19-31) y los jornaleros de la viña (Mt 19,30; 20,1-16). Cada
grupo aportó sus consideraciones y posteriormente fueron enriquecidas con las
intervenciones de fray Matteo. Fray Franklin trajo a consideración el espíritu
de servicio del ecónomo brindándonos un completo artículo sobre el perfil del
ecónomo para el día de hoy. Por la tarde nos dedicamos a temas más puntuales de
interés práctico para la custodia, como el aspecto jurídico, el seguro social y
sanitario, la situación de los hermanos extra-claustra. La eucaristía de la
tarde fue presidida por fray José Luís y la homilía en manos de fray Pedro
Briceño.
La lluvia hizo
de las suyas y trancó el paso hacia Barinas pero afortunadamente se solucionó. Al
final del encuentro, el día 13, todos comenzamos a partir desde tempranas
horas.
Creo que todos
hemos experimentado lo mismo a lo largo de estos días, una gran satisfacción
por el camino que estamos haciendo como hermandad, el clima ameno y familiar
nos hizo sentir en casa y nos motivó a seguir trabajando para construir y
alimentar también nuestras comunidades locales. Dios bendiga cada una de esas
iniciativas para el bien de nuestra presencia en Venezuela con el fin de vivir
como custodia siempre EN COMUNION.
Fray
José Alberto
La Concepción Edo. Zulia.
10 de abril de 2012
Hermanos,
feliz Pascua de Resurrección a todos.
Siento muchas ganas de estar allá compartiendo con Uds. de este encuentro
de fraternidades. Pero esta vez el Señor me regaló otra experiencia. Aquí en el Edo. Zulia, donde me encuentro con
las Hermanas Franciscanas de la Inmaculada, cerca de los enfermitos de lepra del
Hospital Cecilia Pimentel.
Estos días de semana santa hemos tenido mucho quehacer por aquí. Desde
visitar, casi diariamente, el Hospital y evangelizar visitando casa a casa los
hogares de 4 barrios, donde lo que abundan son protestantes y guajiros. Pero al
menos, uno que otro católico que hemos encontrado, se ha motivado a participar
en las actividades. Los niños aquí abundan, son muy sencillos pero casi
incontrolables. Son ellos los que más se acercan. Al menos hay la esperanza de
que si perseveran, ellos serán los próximos animadores de estos sectores, tan
desatendidos por la acción misionera de la Iglesia debido a la basta extensión
de territorio de una misma parroquia. Se calculan unos 180mil habitantes en
toda la jurisdicción parroquial. Al menos por esta zona en la que me encuentro,
las hermanas están haciendo un buen trabajo.
La experiencia con los enfermitos de lepra en el Hospital es algo que me
gusta. Es la segunda vez en los últimos años que vengo aquí. Es venir con la
conciencia clara que más que venir a hacer una pastoral sacramental, es venir a
escucharlos y simplemente estar entre ellos. Pasar el rato con ellos. Compartir
en medio de sus sonrisas y su dolor, la cruz que llevan, no solo por la
enfermedad (que ya es bastante), sino también por las condiciones inhumanas en
las que los hacen vivir la mayor parte del personal que aquí se dice que “trabajan”.
Los que han venido acá saben bien a qué me refiero. Aquí estaré hasta fin de mes.
Con el gozo de estos días de pasqua y la satisfacción de encontrase entre
hermanos espero que estos días en Pueblo Llano sean de mucho provecho,
confraternización y esparcimiento para todos. Los encomiendo en mis oraciones.
Espero estar en las de Uds. también.
Paz y bien
hermanos, el Señor nos bendiga.
FJdXto
Fray
Javier Mora (OFM.Conv).
Paz y Bien, Que el Señor nosmantenga siempre unidos, y dando fuerza para seguir en este trabajo tan lindo pero que a su vez muy duro. un abrazo en Cristo.
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