miércoles, 13 de febrero de 2013

Honduras y Guatemala


Dos estaciones que puedo titular como: signos de la presencia de Dios. Del 11 al 27 de Enero hemos estado en Honduras, tierras “catrachas” llamadas así cariñosamente. Nos ubicamos en diferentes lugares. Junto con Fr. Jorge hemos estado en un lugar llamado Concordia. La población es muy grande las distancias enormes y sorprendentes; la vegetación es árida pero los pinos dan una sensación de estar viendo siempre hacia el cielo, pues su altura es imponente, me recordaban el arte gótico.
Hemos compartido la fe. Nos han permitido entrar en sus casas para celebrar con ellos las Pequeñas Comunidades de Base, compartir la Escritura y platicar sobre “Cosas de la Vida”. Nos encontramos con los niños, que dan vida a la comunidad; con los enfermos, rostros de Cristo, que nos animaban y sobretodo porque cada viernes esperaban con ansia la Visita de Jesús Sacramentado.
Visitamos algunas aldeas también y muy de turismo aventura montamos moto taxi. A todas estas grandes luces es necesario que haciendo honor a la justicia debo decir que es verdaderamente doloroso el alto incremento de la pobreza, la corrupción y algunas “Nuevas influencias” que dañan no sólo la comunidad sino también la población más débil: los jóvenes y los niños. Nuestras oraciones por ellos.

Otro grande signo de Dios ha iniciado el 30 de Enero. Con la bendición de los Frailes que nos despidieron en Honduras y su fraternal despedida en el Aeropuerto. Aterrizamos en Guatemala, allí nos esperaban Fr. Marcio y Fr. Marcos Q. que ondeaban sus manos para recibirnos.
Hemos conocido el convento, algunas personas amenas, hoy hemos estado en Catedral para celebrar la Vida  Consagrada. Tenemos mucho trabajo y una agenda apretujada, pero muy felices!!!!! Recibiremos unos cursos de Franciscanismo y bastante trabajo pastoral Dios sea bendito. Ayudaremos en la Catequesis, en la pastoral con Jufra, Acólitos, OFS.
La experiencia es muy humana, fraterna, espiritual y Franciscana (y les servirá de segundo noviciado). Lo vivimos cada día como Francisco de Asís  y su vida de conversión. Cada día está animado por signos que nos hablan de Dios…
En nuestras oraciones siempre, en nuestro corazón el afecto con el que les recuerdo. Y cuento con las de ustedes….. Un abrazo.
Con grande gozo
Javier Antonio