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Pintura de Francisco Ruiz, postulante en Palmira |
Prot.104/11-15
Guanare, 28 de agosto del
2013
Fiesta de San Agustín
Muy queridos hermanos, ¡El Señor les
dé la paz!
En mi última
carta circular les anuncié los cambios en la Custodia, debidos a los factores
allí expuestos, independientes de mi voluntad o del definitorio. Desde luego,
no ha sido fácil tratar de reequilibrar las comunidades y recalibrar las
perspectivas.
Me doy cuenta que eso podría incidir hondamente en los equilibrios que se
habían logrado en la Custodia; sin embargo, nutro mucha confianza en su sentido
de entrega a Dios y espíritu de fraternidad. Hubiera deseado participar al
primer capítulo de cada fraternidad, para darles a todos mi personal
agradecimiento por su disponibilidad generosa a asumir cambios y compromisos, y
para exponer las expectativas mías y de la Custodia. Pero, el tiempo apretado y
unas ausencias no me favorecen en este propósito. De todas formas, ya hablé con
cada guardián y nos acordamos, en general, sobre la distribución de oficios y
responsabilidades para cada fraile en su respectiva fraternidad.
Quisiera,
asimismo, en la presente carta, hacer un llamado sobre unos aspectos de vida
comunitaria que, quizás, ameritan una mayor atención de parte de todos. Por
eso, pido a los guardianes que la lean en el primer capítulo conventual de este
“nuevo inicio”, así como me atrevo a definirlo, para nuestra Custodia, en el
transcurso de este cuatrienio. Son cosas que se encuentran plasmadas en el
Proyecto Custodial Cuatrienal (=PCC), aprobado por todos nosotros en el
Capítulo custodial. Tal vez, aquellas líneas programáticas deberían ser más
conocidas, sea a nivel personal que comunitario. Los invito, por tanto, a una
lectura personal frecuente del PCC, y una reflexión comunitaria más completa
sobre esos puntos.
PCC
1 – Formación permanente…
En las fraternidades
3.
Se aparte un día
de la semana para el retiro mensual de la comunidad, el capítulo conventual, la
formación y el paseo comunitario.
Me
parece que, a menudo, se nos hace difícil lograr vivir estos momentos de
formación permanente comunitaria. No niego que los compromisos pastorales nos
apremian; sin embargo, creo que a veces nos llenamos de “urgencias” no siempre
necesarias, que nos quitan una visión más a futuro y nos impiden invertir en
algo cuyos frutos son menos visibles al momento, pero importantes y duraderos.
Hay que creer más en estos medios, culturales y espirituales, de aggiornamento fraterno
mensual.
4. El capítulo conventual se celebre según las modalidades indicadas por
la orden en el libro “El capítulo conventual”, con atención particular al
momento formativo y espiritual. Que se dé particular atención a la revisión de
vida, aprovechando las fichas para el capítulo que envía la orden.
Gracias
a Dios, el capítulo conventual se ha vuelto momento fundamental de evaluación y
programación de nuestra vida y actividades. Por doquier se celebra con
regularidad, aunque veo que a menudo es carente precisamente la parte
espiritual inicial, a veces descuidada o celebrada a toda prisa, para pasar a
los demás puntos. Mientras debería, por lo contrario, dar sentido a todo lo que
sigue, para que no se vuelva una reunión “empresarial”, donde Dios entra poco o
nada. Por eso, la exhortación a que se dedique más tiempo al capítulo,
valorando todos los aspectos de aquella que es una verdadera “celebración” de y
para la fraternidad.
5. Cada comunidad se organice para que se haga la “lectio divina” al menos
una vez a la semana.
También
en esto hemos avanzado, aunque no en todas nuestras comunidades. La “lectio
divina” puede tornarse una escuela importante para aprender a compartir la
palabra de Dios y lo que ella nos inspira. Tenemos tesoros y sensibilidades
espirituales que podrían ser puestos a servicio del bien comunitario y favorecer
el enriquecimiento mutuo. Unos la usan, loablemente, para la reflexión
comunitaria sobre el evangelio del domingo, de manera que la homilía se vuelva
fruto y expresión de una fraternidad, sin querer quitar, con esto, la
personalización en la celebración dominical.
PCC
5 – Asuntos económicos…
E. Sugerencias generales
6.
Tarjetas de
créditos y débitos con sus respectivas libretas, deberán ser entregadas a los
respectivos guardianes para que de esta forma se fomente una economía
trasparente y fraterna.
No
podemos más derogar a esta norma que pertenece al voto mismo de pobreza que
hemos profesado. El Capítulo Provincial Ordinario nos lo pidió con solicitud y
vigor. Como afirma el Ministro general, hoy es casi mentira decir que somos
pobres. Nuestro nivel de vida, aunque no es de ricos, sin embargo, y a menudo,
es superior al de muchas personas y situaciones de nuestro pueblo, incluso, a
veces, al de nuestras mismas familias de origen. Por esto, p. Marco Tasca
afirma que una forma viable y tangible de vivir la pobreza franciscana es la
transparencia y solidaridad fraterna en la gestión del dinero. De lo contrario,
estamos afirmando que nuestra confianza no reside en la fraternidad y en Dios,
sino en la posesión personal y en el manejo subjetivo de nuestra vida. Sin
mencionar que tener cuenta personal no autorizada o gestionada sin
transparencia, es incurrir en pecado grave contra el voto de la pobreza.
Por
todo esto, invito cada comunidad a ponerse en regla con tales normas que no son
siquiera nuevas. El remanente del mes debe incluir el dinero de todos, porque
no está permitido, entre nosotros, manejar una “riqueza” de manera personal e
independiente (antaño se hablaba de “peculio”). Si se decidiera no entregar las
libretas al guardián o al ecónomo, igualmente el poseedor de cuenta bancaria debe,
al final del mes, comunicar a ellos o en capítulo conventual sus gastos
personales, para que consten, y permitir a la fraternidad expresarse sobre ellos.
De todas formas, es buena norma no hacer gastos sin el parecer previo del
guardián, a menos que no se tomen decisiones comunitarias diferentes, con tal
que se respete el voto de pobreza y la vida fraterna solidaria.
Inseguridad
Es
otro asunto que atañe nuestra vida en fraternidad. El clima siempre alto, se
diría creciente, de inseguridad social, nos obliga a querer seguir viviendo el
servicio pastoral con generosidad, pero sin ingenuidades que lleven a descuidar
prudencia y sentido de realismo. Hace unos años, el antaño Ministro provincial
fray Giuseppe Piemontese, a razón de la peligrosidad del salir de noche o encontrarse
en la calle durante horas nocturnas, decretó como un “toque de queda” a las
9.30 p.m. Creo que la situación no sólo no ha mejorado, sino más bien ha
empeorado. Por lo tanto, invito a respetar aquel decreto, desde luego con un
debido equilibrio, sin multiplicar con frecuencia permisos o tomar decisiones
personales inoportunas. En todas nuestras casas los compromisos pastorales
terminan casi siempre a la hora de la cena. Es muy raro que haya algo después
de esta hora. Podría ser la ocasión para cenar juntos, concluyendo las labores
del día junto a los hermanos y en espíritu de fraternidad.
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San Agustín de Hipona |
Quisiera terminar estas reflexiones
sencillas y pocas indicaciones con unas palabras de S. Agustín, tomadas del
libro de las “Confesiones”, y leídas en el Oficio de Lecturas de hoy, su
fiesta. Me parece que nos pueden servir para volver a enfocar en Dios nuestra
búsqueda de felicidad verdadera y nostalgia de Hermosura imperecedera.
Necesitamos siempre de conversión, caminando los caminos de Dios. ¡Qué este
nuevo y obligado inicio no constituya tanto un obstáculo, cuanto más bien una
ocasión, que el Señor nos regala, para una entrega generosa a la santidad!
“¡Tarde te amé, Hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te
amé! Y tú estabas dentro de mí y yo afuera, y así por fuera te buscaba; y,
deforme como era, me lanzaba sobre estas cosas hermosas que tú creaste. Tú
estabas conmigo, mas yo no estaba contigo. Reteníanme lejos de ti aquellas
cosas que, si no estuviesen en ti, no existirían. Me llamaste y clamaste, y
quebrantaste mi sordera; brillaste y resplandeciste, y curaste mi ceguera;
exhalaste tu perfume y lo aspiré, y ahora te anhelo; gusté de ti, y ahora
siento hambre y sed de ti; me tocaste, y deseé con ansia la paz que procede de
ti”.
Papa
Francisco, hablando a los agustinos hoy, les dejó las siguientes preguntas, que
podrían servir también a nosotros para una reflexión comunitaria y personal.
“¿Tienes un corazón que desea algo grande o un corazón
adormecido por las cosas? ¿Tu corazón ha guardado la inquietud de la búsqueda o
has permitido que las cosas lo ahogaran, terminando por atrofiarlo? Dios te aguarda,
te busca: ¿qué le respondes? ¿Te has dado cuenta de esta situación de tu alma?
¿O duermes? ¿Crees que Dios te espera o para ti esta verdad son puras “palabras”?”.
Dios los bendiga y pague por su disponibilidad
fraterna y generosa. S. Francisco de Asís siga siendo su inspirador en el
seguimiento de Cristo pobre y crucificado. Nuestra Señora de Coromoto los
asista con su maternal presencia e intercesión.
Fray Matteo Ornelli
Custodio Provincial