primero que todo espero te encuentres bien con tu
salud. Estando en Perú me enteré de los problemas
físicos que te están afectando. Te acompañamos con nuestras oraciones, visto
que eres para nosotros hermano muy querido y cercano a nuestros asuntos y
realidades. Además, quien debe pedir disculpas somos nosotros, los que causan
la molestia. Lo siento mucho por lo que está pasando. De repente depende de
lentitudes burocráticas fuera de nuestra voluntad y de descuido nuestro. Sabes
que todo esto era de pertenencia del Definitorio anterior. Sin embargo, no se
pudieron llevar a cabo varias cositas, que recayeron sobre este cuatrienio.
Vamos intentando conocer los asuntos, sobre todo burocráticos, que quedaron
pendientes, para llegar a solventarlos. He visto que Romert ya te respondió.
Esperemos todo se solucione pronto.
Te estoy muy agradecido - y en ti a toda la
delegación de Costa Rica - por haber recibido esos hermanos venezolanos,
quienes están viviendo una experiencia bonita y enriquecedora, según lo que
ellos mismos nos cuentan y Franklin pudo constatar de persona. Espero tus
informes. Quisiera confirmarte - si hiciera falta - que tu persona y tu equipo
gozan de nuestra total confianza. Las decisiones formativas tomadas por
ustedes, serán asumidas en pleno por nuestra Custodia. Ustedes viven con ellos,
y ¿quién podría decir palabras o tomar decisiones más acertadas que ustedes?
Una última cosa. Ha sido desde el comienzo
intención de la Custodia que los frailes estudiantes afuera regresaran a
Venezuela sólo al finalizar sus estudios. Franklin nos informó que los de Costa
Rica volverían en diciembre y que todo ya está listo para esto. Sería sin
embargo intención de la Custodia que se queden allí por sus vacaciones en los
próximos años, tal vez hospedándose un tiempo en casa de sus compañeros de
estudio y ayudando en unas realidades pastorales, a lo mejor de sacerdotes
diocesanos conocidos. Lo que sería un ahorro notable para nosotros, y una
manera de autofinanciarse en los gastos y, sobretodo, crecer en el conocimiento
de la realidad costarricense y en la generosidad pastoral. Ya pregunté a Víctor
en Perú si es algo factible, y él me dijo que sí. ¿Tú piensas lo mismo?
Te reitero mis agradecimientos y mi estima. Un abrazo. ¡El Señor te dé la paz!
Te reitero mis agradecimientos y mi estima. Un abrazo. ¡El Señor te dé la paz!
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