Custodia provincial de Venezuela
“Nuestra Señora de Coromoto”
Presentación del Ministro Provincial
Convento-Seminario Misionero
Franciscano
“S. José de Cupertino” en
Palmira, Edo Táchira
Reverendísimo
Fray Jorge Fernández
Frailes
capitulares
En
espera del Pentecostés, como María y los
discípulos del Señor en el cenáculo que estaban en espera del Espíritu de este
modo también nosotros esperamos que el Espíritu nos rapte y nos dé la fuerza
para salir de la oscuridad, para hacer experiencia de ser recreados en Cristo;
esperamos con confianza de ser renovados y liberados.
Abriendo el
tercer capítulo ordinario de la custodia queremos asumir una renovación y
conversión que cada uno puede iniciar desde sí mismo. El documento Mutuae Relationes
(12) nos pide que la “nota característica
propia de cualquier instituto exige, sea en el fundador que en sus discípulos,
una continua revisión… atención inteligente a las circunstancias y visiones
cautamente dirigidas a los signos de los tiempos… audacia en las iniciativas”.
Sentimos la
exigencia de una “continua revisión”, a la cual debemos someter nuestro
carisma. Como el Seráfico Padre, también nosotros queremos comenzar (siempre)
desde nosotros mismos, renovándonos en el espíritu del evangelio. Es éste el
camino que debemos recorrer para redefinir y afirmar nuestra identidad. Momento
final para una profunda y compartida revisión, pero al mismo tiempo punto de
partida de un proyecto unitario.
Me parece oportuno,
subrayar los conceptos claves que forman una secuencia: CONTINUA REVISIÓN, RENOVACIÓN, NUEVA IDENTIDAD, NUEVO PROYECTO ( de
la custodia), por lo tanto partiendo de la necesidad de “continua revisión” de nuestro carisma y refiriéndome propiamente al
documento MR me parece importante compartir el sentido de cada uno de estos
términos.
(Revisión) de una atención inteligente a las circunstancias…
(Revisión) de una atención inteligente a las circunstancias…
Tener
atención, disponernos para alguien/ o para alguna cosa, dirigir el espíritu…,
todo esto significa, observar para
ocuparnos y cuidar (del hermano y de la realidad). Pero la observación debe
ser “inteligente” y debe tener
también presente las “circunstancias”.
Ésta es una
actitud que mira al discernimiento de las circunstancias, que no descuida nada.
Una revisión atenta de nuestro carisma nos exige un ejercicio humano y
espiritual, requiere una nueva disposición interior, una formación para
afrontar una serie de cambios, a través de etapas, modalidades y agentes…
(Revisión) de la visión cautelosa dirigida a los signos de los tiempos…
¿Cuál es la
idea que tenemos del mundo, de los hechos, de las circunstancias que
caracterizan nuestro tiempo y nuestra realidad? La idea determina el cuadro ideal de referencia para el
próximo cuatrienio.
Los signos
de los tiempos, a través de la atención inteligente, nos deben
orientar en la definición del Cuadro Ideal, pero todo esto debe acontecer cautelosamente,
con discernimiento de todo aquello que es Verdadero Bien, de aquello que
representa la voluntad de Dios. Nuestro carisma nos orienta a
reparar la casa de Nuestro Señor Jesucristo, su Iglesia, a poner las manos en
las “ruinas” de las personas, de la comunidad y de la Custodia.
(Revisión) de la audacia en las iniciativas…
Como
Francisco, arder en amor por Dios y por el prójimo, estar dispuesto a abandonar
el hombre viejo que está en nosotros, arriesgarnos hasta perder nuestra propia
vida por amor… ¿Cuánto estamos dispuestos a meternos en esta aventura? ¿Cuánto
estamos dispuestos a renovarnos para conseguir nuestra misión, que nace de una
renovada visión? Salir de nosotros para regresar a nosotros. La revisión sobre
quienes somos hoy, en todos los contextos (interno - externo) nos encontramos
obligados a hacerla, dependiendo de qué preguntas queramos responder, esto nos
conducirá a redefinir la visión que nos debe animar, la identidad que nos debe
caracterizar, la renovación que nos debe sostener, el proyecto que deseamos
realizar. Para que de este modo lleguemos a ser visibles, sal del
mundo…
Este
análisis nos lleva a escucharnos a cada uno de nosotros; a acoger con
obediencia y disponibilidad, a poner la propia persona en disposición del
proyecto de la custodia, renunciando a los proyectos personales y convergiendo
en aquellos comunitarios. Las diversas circunstancias, personales y no personales,
parecen no favorecer un proyecto pensado y ejecutado por todos, por el
contrario parece un semi-proyecto.
No es, por
tanto, compartible que una baja de entusiasmo y algunos “No” puedan condicionar
el futuro de la realidad custodial. Para ser agentes creativos del cambio es
por tanto indispensable profundizar los temas de la realidad custodial, de la
fraternidad, de la oración, de la pobreza, de la santidad, sin dejar a un lado,
las problemáticas relativas a la comunidad y a la formación. Se hace necesario
tener en cuenta una más fuerte inversión sobre la Pastoral Juvenil y
vocacional.
Lo que hoy,
en apertura del 3er Capitulo ordinario Custodial, les pido es la disposición
interior, sobre todo de la incongruencia existente entre el mensaje evangélico-franciscano
y nuestro modo de actuar… Se trata de tomar conciencia para elaborar un paso a
una nueva fase de creatividad evangélica y pastoral.
A través de
la unidad de intentos, la participación personal, teniendo presente la renovación
espiritual en Cristo comenzando desde nosotros mismos, porque para poder ser lo
que hoy no somos debemos pasar a través del desapego personal, moviéndonos en
espíritu de fe creativa.
No podemos
continuar escondiéndonos detrás de justificaciones. Capítulos, documentos de
renovación y actividades experimentales no son las únicas realidades que nos vivifican. Tenemos la necesidad de gastarnos
más, de ponernos más en acción y arriesgarnos todos y cada uno: la parálisis o
la renovación es responsabilidad de
todos.
Tener un
proyecto, compartido por todos partiendo desde nuestra raíz significa ser especialistas del “volver a empezar”:
a.-Abandonar
el individualismo, la vida no orientada hacia la comunidad, las esperas de
cambios procedentes de la alta jerarquía o del externo.
b.-Individuar
objetivos claros y realizables en los diversos ámbitos para desterrar la falta
de orientación.
c.-Programar
las acciones, para evitar la confusión y las incertezas
d.-Buscar nuevos
métodos y estrategias para ser más
incisivos, mas presentes.
Todo esto en
la perspectiva que la Custodia, en el conjunto de sus comunidades, como también
por parte de cada fraile, en el ámbito de la fraternidad y personalmente puedan llegar a ser siempre más sal de la
tierra venezolana a la luz del contexto social, cultural y religioso.
Llegar a ser
una “Orden expresiva” como conventuales, mostrar nuestra identidad, nuestras
características.
El Seráfico Padre
San Francisco y nuestros santos puglieses intercedan por nuestra vida y por los
trabajos capitulares. El Señor les de Paz
Fray Michelle Pellegrini
Ministro Provincial
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