martes, 20 de agosto de 2013

Santuario Nacional: Carta al Obispo de Guanare después del diálogo con él

Prot. 89/11-15
Guanare, 27 de julio de 2013
Excmo. Mons. José de la Trinidad Valera Angulo
Obispo de la Diócesis de Guanare
Su despacho

Muy querido y estimado Mons. José de la Trinidad, ¡El Señor le dé la paz!

Le escribo como Custodio, en nombre del Definitorio y de todos los hermanos de la Custodia “Nuestra Señora de Coromoto” de los Frailes Menores Conventuales, cuya sede se encuentra en Guanare misma, para expresar nuestra perplejidad frente al asunto concerniente su solicitud del 29 de mayo de este año, a mi persona y al Ministro provincial de Puglia (Italia), de asumir el cuidado pastoral del Santuario Nacional.
Ya anteriormente fray Pedro Buonamassa, por usted interpelado, nos había informado de su solicitud, diciendo que se trataba de una asunción “in toto” de la pastoral santuarial. Cosa que suscitó el entusiasmo en los padres capitulares de la Provincia madre de Puglia, donde yo me encontraba para participar al Capítulo provincial ordinario. A mi regreso, a la presencia de fray Evelio y de padre Alirio, tuvimos un diálogo (18 de junio) en el obispado, en el cual se habló de la posibilidad de colocar en el Santuario Nacional una casa religiosa con la presencia inicial de 3-4 frailes, abogados a la cura pastoral de los peregrinos y a la difusión de la devoción a la Virgen Coromotana en todo el país. A tal propósito, le dije que íbamos a convocar un Capítulo custodial extraordinario, debido a la importancia del asunto, y al cual lo invité para dirigirnos unas palabras de apertura. Además, le adelanté que, habiéndolos sondeado a nivel informal, todos los frailes de la Custodia estaban de acuerdo con su propuesta. Así que, habiendo consultado al Ministro provincial, se tomó la decisión de convocar un Capítulo custodial extraordinario el próximo 13 de agosto, y hacer volver a Venezuela a dos frailes de aquí, los cuales estaban viviendo un tiempo de experiencia en la Provincia madre, faltándoles aún dos años por terminar.
Con vista al encuentro último del definitorio (26 de julio), para finiquitar los detalles del Capítulo extraordinario, me pareció oportuno volver a hablar con usted, con el fin de cuadrar mancomunadamente los asuntos a tratar con referencia al Santuario Nacional. Nos encontramos la mañana del 24 de julio en su despacho, presente también el padre Marín. Con sorpresa mía, y de los padres definidores después – los cuales me pidieron escribirle esta carta –, usted me dijo que, debido al poco compromiso pastoral durante semana, no hacía falta una comunidad religiosa en el Santuario, sino sencillamente un par de frailes que ayudaran durante los fines de semana y otros días feriados. Esto cambió radicalmente el planteamiento sobre el asunto, y nos obligó a revisar el organigrama de presencias en Venezuela, habiendo ya incluido la del Santuario coromotano. A este punto, por el retorno de los dos frailes de Italia y otras situaciones que se desataron luego de la no asunción en todo de la pastoral del Santuario, tuvimos que incidir hondamente sobre la conformación de nuestras fraternidades. Tal vez, nos adelantamos demasiado nosotros. Sin embargo, no fue al azar, sino basándonos sobre su carta y sus palabras.

¿Cuál es la situación al momento y nuestro estado de ánimo? Desde luego, no ha sido fácil tratar de reequilibrar las comunidades y recalibrar las perspectivas. Sin embargo, no hemos perdido nuestra alegría franciscana, fundamentada en la voluntad de Dios y en el ser de nuestra vida, más que en nuestros proyectos y en el hacer. Así como nos enseña la fe sencilla y profunda a la vez de nuestro pueblo, queremos leer en todo esto una expresión de la misma voluntad de Dios. Por esto, trataremos responder a su pedido de ayudar en los fines de semana, aunque nos costará, porque Guanare se queda con un sacerdote menos. Asimismo, le aseguro que nuestra colaboración pastoral en la diócesis y la estima hacia su persona no cambiarán en absoluto. Su trato fraterno para con nosotros, evidenciado en los diálogos y encuentros, es algo que nos alegra mucho. Para nosotros, poder prestar nuestro servicio en su diócesis es un honor y una responsabilidad que queremos seguir llevando adelante, según el espíritu de servicio a la Iglesia que caracterizó la vida y el carisma de nuestro Santo fundador Francisco de Asís.

Sin más que añadir, me despido pidiéndole que nos acompañe con sus oraciones y que nos imparta su paternal bendición. Nosotros le aseguramos nuestra oración por su persona y su servicio eclesial.
Un abrazo fraterno, de mi parte y todos los frailes de la Custodia OfmConv. “Nuestra Señora de Coromoto” en Venezuela. 
fray Matteo Ornelli
Custodio provincial 

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