miércoles, 7 de marzo de 2012

Decisiones y perspectivas



3er Capítulo ordinario custodial
Nuestra Señora de Coromoto
Venezuela

Relación final, 24 de junio de 2011

1.     Visión de conjunto del camino de la custodia
Tratando a modo de síntesis algunas líneas temáticas que ayudan para tener una visión de conjunto del camino de la custodia, un camino que conlleva momentos de oportunidades y de carencias, perspectivas y esperanzas. El capitulo indica habitualmente las propuestas y los compromisos de un nuevo camino, en respuesta a las exigencias para una asimilación creativa del carisma franciscano. Antes que ser un problema todos los acontecimientos realizados en la custodia, son por el contrario una riqueza.
Expreso sobre todo la convicción que solamente poniendo “sólo nuestra mirada en Jesús” (Hb 12,12) es posible para la custodia acoger el fundamento del propio ser y el modelo del propio actuar. La primera pregunta no puede ser: ¿Qué cosa hace o debe hacer la custodia, cual es su rostro?; sino por el contrario: “¿Cuál es el rostro de Cristo?” porque es solo descubriendo el rostro de Cristo que se realiza el rostro de la custodia y sobre este, reafirmando el primado de Cristo se insertan todas las demás elecciones. 
La configuración de la custodia en cuanto a las presencias y actividades está al límite de lo necesario. Después de 33 años de misión se registra, un mantenimiento de las posiciones territoriales, una estaticidad del carisma, una reducción numérica de los frailes, se hace necesaria una presencia cualificada, un impulso para los compromisos comunitarios, formativos y apostólicos. Se nota un extraño grado de sentido de pertenencia, de sensibilidad, de donación de los frailes y esto es un síntoma del tono de vida espiritual de los frailes en la ordinariedad de la vida. Una más profunda madurez de vida de fe es una condición necesaria para una explicita misionariedad.
Volver a poner en el primer puesto la formación, para la construcción de una fisionomía espiritual y apostólica. Es con esta identidad que los frailes pueden dar la propia contribución en las diversas dimensiones: de vida fraterna, de compromiso apostólico, de compromiso social y cultural. La fraternidad es un compromiso de comunión y de compartir, contra toda discriminación y división. Se nota una urgente necesidad de sentido de pertenencia para vivir y no solamente para sobrevivir. Alguno de ustedes decía que “la cantidad del futuro será la cualidad” y hacia ahí apunta nuestra reflexión que nos lleva a un compromiso para construirlo más que sentarnos a recordar el pasado.
Les solicito un mayor sentido de pertenencia, más fraternidad, más pastoral juvenil. ¿Nos podemos preguntar si la custodia se presenta como una realidad eclesial consolidada, reconocida y apreciada?
El espíritu abierto de nuestro amado fray Germano, de feliz memoria, nos pide sobre todo  que acojamos concretamente los estímulos de la visión franciscana de la vida y de la misión.
La provincia les considera capaces y espera de ustedes la plena expresión y el pleno testimonio de nuestro carisma a nivel pastoral y espiritual.

2.     Algunas decisiones de fondo
Después de haber elaborado el PCC, espero que alguno no vaya a hacer sus propias prioridades o abandonar las decisiones capitulares. No es que no existen puntos de referencia, el problema es que nos vemos tentados a hacer referencia solo a aquellos que nos parecen más cómodos.
La experiencia de Dios es un camino personal y comunitario indispensable para expresar una significativa presencia en medio a los hermanos. Vivir una fidelidad dinámica y creativa del carisma, vivir la obediencia como corresponsabilidad en un proyecto comunitario, tener espíritu de iniciativa, participar a la vida fraterna en nombre de una obediencia común. Ser frailes que gastan su existencia para encarnar el evangelio en la historia, para expresar más en nuestro actuar que en palabras, el ser hombres de Dios, mostrando de tener una razón para vivir cosas fuertes y de estar dispuestos a morir por ellas.
Encontrar tiempo y fuerza para poner en marcha un proceso de cualificación de nuestras comunidades, mediante una presencia de animación y de apoyo, no podemos perder el contacto con la realidad, y sobre todo no nos está permitido “ausentarnos” del dialogo fraterno.
Una tarea del definitorio es animar la fraternidad custodial y un compromiso del guardián es animar la fraternidad local, partiendo de la imagen evangélica  del Buen Pastor. Ponerse en relación con los frailes que no son números sino personas. Por esto se hace necesario un compromiso continuo en la formación permanente: sin escatimar ni tiempo ni dinero.
Mi invitación es a cultivar el clima de confianza y aprender a trabajar en equipo. A trabajar en modo particular en el discernimiento vocacional para no encontrar dificultades en nuestros ambientes. El objetivo principal no es la conservación de lo que ya existe, la sobrevivencia de las comunidades, sino vivir plenamente la propia vocación de consagrados. Realizar una comunidad religiosa centrada sobre el respeto de la persona, sobre el compartir y sobre la corresponsabilidad, de este modo la comunidad se hará significativa por sí misma.
Se hace necesario un decidido testimonio de la pobreza como riqueza de relaciones humanas nuevas y libres. En la pobreza se expresa el sentido decisivo de acoger el don de sí mismo y del otro. Solo un corazón pobre sabe llenarse de la riqueza de Cristo y de su plenitud de vida. De este camino emerge la fuerza y el criterio para afrontar los desafíos que la fraternidad y la misión nos proponen. La vida fraterna nos ofrece la libertad como responsabilidad.
 Es necesaria una coordinación única para un buen desarrollo de la Pastoral juvenil y vocacional, potenciar la participación al Juconfra, cada comunidad local tenga un responsable para la PJV.
Para una buena administración económica se tenga una constante atención sobre la transparencia económica, que al mismo tiempo significa transparencia de vida, sobriedad que nace del fruto del propio trabajo.

3.     Algunas perspectivas
La puesta en marcha del capítulo no es solo “para celebrar”, sino para “mirar hacia adelante” y preparar el futuro con esperanza.
Pongo en evidencia algunas perspectivas del mandato, verdaderamente elementos decisivos que tienen que ver con la vida y la misión de la custodia, tenemos necesidad de:
1.     Reforzar nuestra identidad franciscana conventual.
2.     Experimentar cada vez más el sentido de pertenencia a la custodia, evitando de ser demasiado individualistas. La resignación y el pesimismo destruyen nuestra fraternidad desde la raíz.
3.     Buscar dentro de la comunidad mayor espacio para la vida de la oración, para la celebración del capítulo conventual, para la vida fraterna y para la formación humana.
4.     Crecer en la unidad delante de la diversidad de caracteres de cada persona.
5.     Realizar un curso de formación franciscana como formación para toda la custodia
6.     Trabajar más intensamente y con  mayor prudencia en la formación inicial y atender más la formación particularmente en el seminario. Sobre el tema de la pastoral vocacional no se hace necesario solamente mirar hacia la sobrevivencia, debemos hacer un serio discernimiento vocacional con los candidatos.
7.     Ser ejemplo de una pastoral parroquial que viva a la luz de un proyecto bien estudiado y aplicado. Promover una acción unitaria y programada en todas las actividades.
8.     Ser coherentes con el proyecto cuatrienal de la custodia, armonizándolo con aquellos comunitarios y personales
9.     Cualificar todos los servicios de animación en todos los sectores de la conventualidad y de la pastoral, abriéndonos a nuevas formas, involucrando a los laicos y a los voluntarios.
10.  Apreciar la única “nueva pastoral” que se desarrollará en el Santuario Nacional.
11.  Crear actividades para reforzar la administración de la custodia y no desperdiciar el patrimonio que se tiene hasta ahora.

Con esta relación he querido intentar hacer una síntesis de todo aquello que ha sido escuchado y compartido en este capítulo y sobre todo para dejarles algunas consignas que ustedes hermanos sabrán poner en obra en la custodia.

Palmira 23 de Junio de 2011

            

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