sábado, 17 de marzo de 2012

Carta a fray Fernando (Costa Rica)


Queridísimo Fernando,
primero que todo espero te encuentres bien con tu salud. Estando en Perú me enteré de los  problemas físicos que te están afectando. Te acompañamos con nuestras oraciones, visto que eres para nosotros hermano muy querido y cercano a nuestros asuntos y realidades. Además, quien debe pedir disculpas somos nosotros, los que causan la molestia. Lo siento mucho por lo que está pasando. De repente depende de lentitudes burocráticas fuera de nuestra voluntad y de descuido nuestro. Sabes que todo esto era de pertenencia del Definitorio anterior. Sin embargo, no se pudieron llevar a cabo varias cositas, que recayeron sobre este cuatrienio. Vamos intentando conocer los asuntos, sobre todo burocráticos, que quedaron pendientes, para llegar a solventarlos. He visto que Romert ya te respondió. Esperemos todo se solucione pronto.

Te estoy muy agradecido - y en ti a toda la delegación de Costa Rica - por haber recibido esos hermanos venezolanos, quienes están viviendo una experiencia bonita y enriquecedora, según lo que ellos mismos nos cuentan y Franklin pudo constatar de persona. Espero tus informes. Quisiera confirmarte - si hiciera falta - que tu persona y tu equipo gozan de nuestra total confianza. Las decisiones formativas tomadas por ustedes, serán asumidas en pleno por nuestra Custodia. Ustedes viven con ellos, y ¿quién podría decir palabras o tomar decisiones más acertadas que ustedes?

Una última cosa. Ha sido desde el comienzo intención de la Custodia que los frailes estudiantes afuera regresaran a Venezuela sólo al finalizar sus estudios. Franklin nos informó que los de Costa Rica volverían en diciembre y que todo ya está listo para esto. Sería sin embargo intención de la Custodia que se queden allí por sus vacaciones en los próximos años, tal vez hospedándose un tiempo en casa de sus compañeros de estudio y ayudando en unas realidades pastorales, a lo mejor de sacerdotes diocesanos conocidos. Lo que sería un ahorro notable para nosotros, y una manera de autofinanciarse en los gastos y, sobretodo, crecer en el conocimiento de la realidad costarricense y en la generosidad pastoral. Ya pregunté a Víctor en Perú si es algo factible, y él me dijo que sí. ¿Tú piensas lo mismo?
Te reitero mis agradecimientos y mi estima. Un abrazo. ¡El Señor te dé la paz!

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